Equilibrio entre cuerpo y alma, un dilema difícil de resolver, ha sido tocado y analizado numerosas veces a través de la historia de la humanidad. Hace varios siglos, filósofos como Platón, Aristóteles, Nietzsche y Descartes, entre muchos otros, abordaron este tema, todos con opiniones diversas al respecto. Es decir, no hay una verdad única, pero en lo que sí coinciden es en la complejidad del asunto.
En una sociedad en que se da excesivo énfasis a la productividad, en un ritmo vertiginoso y de cambio constante, las personas no tienen tiempo para crecer espiritualmente ni para cultivar su alma. Esta tendencia ha generado una crisis de valores en la sociedad. Hoy en día hay un exagerado interés por los resultados a corto plazo, rápidos, fáciles y, por lo tanto, superficiales. Esto lleva a un consumismo desmesurado, donde lo que importa es lo material, de manera de llenar el vacío espiritual, producido por la falta de tiempo para dedicarse a uno mismo y a crecer como persona.
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